Los problemas de salud visual como origen más frecuente del fracaso escolar

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No hay ninguna duda, los problemas de salud visual no diagnosticados son la principal causa del fracaso escolar en los niños. Así lo afirma un estudio del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) que señala que el 30% de los casos de bajo rendimiento escolar en España está relacionado con los problemas de visión.

El aprendizaje y la vista están estrechamente relacionados. Factores como la agudeza visual o la visión periférica son fundamentales a la hora de  desarrollar capacidades básicas como la atención o la lectura. El posible deterioro de estos factores, unido a la incapacidad por parte de los niños de detectar sus propias alteraciones visuales, son a menudo el origen del fracaso escolar.

Además, algunos problemas visuales en menores como la miopía (dificultad para ver bien de lejos) afectan no solo a aspectos académicos sino también a aspectos sociales como la relación con el resto de compañeros.

Síntomas de problemas visuales en niños.

Por todo ello, es muy importante localizar y corregir lo antes posible los problemas de salud visual en los niños. Hay determinados comportamientos fácilmente observables que pueden ser síntomas de un problema de visión:

  • Acercarse mucho al cuaderno al escribir o a los libros al leer.
  • Dolores de cabeza frecuentes al final del día o cuando estudia.
  • Cansancio constante, irritabilidad.
  • Falta de concentración y baja retención y comprensión de lo estudiado o leído.
  • Mala coordinación.
  • Ojos rojos, lagrimeo frecuente.
  • Guiñar o desviar algún ojo o entrecerrar ambos al fijarse en un punto concreto.
  • Torcer la cabeza o el cuello al leer o escribir.
  • Confundir a menudo letras, números y palabras
  • Tener mala caligrafía.

Detección temprana.

Resulta clave por tanto el papel de familiares y profesores en la observación de estos síntomas a la hora de detectar posibles trastornos de la visión. 

Hay padres que piensan que las revisiones oculares solo pueden hacerse cuando los niños saben leer. Sin embargo, se recomienda hacer la primera revisión ocular antes de los 4 años, ya que el cerebro del niño puede adaptarse a su anomalía visual dificultando así su detección a medida que los niños se hacen mayores.

Además, algunas anomalías como el ojo vago solo se pueden tratar de forma efectiva hasta los 8 años por lo que la detección precoz es vital.

Por último, hay que tener en cuenta que la mayoría de los tratamientos son mucho más efectivos cuanto más joven es la persona tratada.

¿Cómo prevenir la aparición de problemas visuales?

La causa de algunas anomalías en la visión es a veces genética pero hay casos en los que se puede evitar o al menos atenuar la aparición del problema. Es por eso por lo que no hay que olvidarse de la prevención. Existen determinados hábitos que pueden ayudarnos a prevenir la aparición de problemas visuales:

Uso de aparatos electrónicos. 

Cada vez más, los dispositivos electrónicos de todo tipo están presentes no solo en el ocio de nuestros hijos si no también en su educación. 

La luz azul emitida por las pantallas unida al exceso de tiempo con la vista fija en un punto cercano provocan fatiga ocular, lo que según explicábamos en este artículo puede derivar en falta de concentración o constante sensación de sueño.

Para evitar esto, basta con limitar el uso de los dispositivos electrónicos, realizar descansos periódicos, aumentar la distancia al dispositivo o ajustar bien su brillo y contraste.

Influencia de los aparatos electrónicos sobre la visión

Protección de los ojos a la radiación solar.

Debe realizarse durante todo el año, ya que los ojos de los niños son especialmente sensibles a la luz solar. Es importante poner especial atención en los niños de piel y ojos claros.

Buena iluminación. 

No solamente de la zona de estudio sino también de las zonas de juego y entretenimiento. Se recomienda siempre el uso de luz ambiental.

Correcta distancia de lectura.

Se recomienda que la distancia entre el ojo y el papel sea, como mínimo, igual a la distancia Harmon: distancia que hay desde el codo del lector hasta la primera articulación de los dedos.

Por todo ello, es recomendable hacer revisiones optométricas de forma habitual mientras dure el crecimiento del niño. En Guillermo Ópticos realizamos revisiones oculares sin cita previa en nuestro centro de Madrid, situado en la calle Paseo Juan Antonio Vallejo – Nájera botas, número 52.

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